#30díasdeblogging Día 21: Minimalismo digital

Ya he hablado por aquí alguna vez de minimalismo. Y parece que cuando pensamos en reducir, nos centramos sólo en cosas materiales, cuando la verdad es que el minimalismo se extiende a todos los aspectos de la vida.

Pero hoy quiero hablar de la basura digital. Cuando empecé eliminar cosas de mi vida una cosa que hice fue digitalizar documentos y guardarlos en carpetas de Drive o en Evernote. Cosas como manuales de electrodomésticos o incluso de muebles, se pueden encontrar fácilmente en formato pdf, no tiene sentido guardar una copia en papel.

Pero a la vez que hacía esto, me di cuenta de que también estaba experimentando una especie de Diógenes virtual. ¿Y quién no? ¿Quién tiene una carpeta de películas en divx de las que no ha visto ni la mitad? ¿O gigas y gigas de música que no ha escuchado nunca? Por no hablar del caos de fotos de la cámara digital y luego también las del móvil, por supuesto, sin ordenar (sobre esto ya hablaré). Y paro porque me estoy poniendo nerviosa de pensarlo.

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Por eso se me ha ocurrido compartir cinco ideas para reducir ese caos que yo estoy llevando a cabo.

5 tips para reducir la basura digital.

1. Cierra pestañas en el navegador.

Normalmente tengo de tres a cuatro ventanas abiertas en Chrome con alrededor de 20 pestañas en cada una. Y las veces en las que por lo que sea, el navegador ha petado (seguramente por saturación) y no he podido recuperar alguna, no la he echado de menos. Las importantes ya sé las que son. Ahora intento no tener más de 10 pestañas abiertas (aunque suelo fallar miserablemente).

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2. Borra apps y feeds.

De vez en cuando hago un repaso a las apps que tengo instaladas y a los feeds que sigo. Casi siempre que hago esto, acabo borrando bastantes cosas. Y si se te acumulan las lecturas, no hay que tener miedo a darle al botón de «Mark all as read«. En serio, verás que gustito da verlo todo despejado. No te vas a perder nada realmente importante.

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3. Deja de descargar cosas.

El streaming ha llegado para salvar nuestros discos duros. Para la música está Spotify, para series y películas está Netflix. Vaaaaale, no lo tienen todo. Pero si una cosa puntualmente no la encuentras, pues la buscas y ya. Pero sólo eso, no acumulas. Y sí, ya sé que Netflix es de pago, pero es realmente barato y hazte a la idea de que estás pagando por la comodidad, no por el contenido.

4. No guardes imágenes de referencia en carpetas.

Desde que en Pinterest se pueden hacer tableros privados, se ha convertido en una herramienta de trabajo fundamental para mí. Sí, no sirve sólo para ver fotos de tartas y bodas rústicas. Sorprendente.

5. Date de baja de las listas de correo.

Yo soy la primera culpable en apuntarme a todo para que me manden cupones y ofertas y bla, bla, bla. Parece que es inofensivo, porque si no te interesa, lo borras y ya está. Pero al final, te pasas 5 minutos cada mañana borrando emails. Que no parece mucho, pero mira, no me apetece. Poco a poco, yo me estoy borrando de todo. Ahora, además, hay un botón integrado en Gmail para quitar suscripciones, así que ni siquiera hay que buscar el enlace minúsculo de las newsletters.

Si nada de esto funciona, borralo todo y empieza de cero. Ahhhhhh… el Nirvana.

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#30díasdeblogging Día 14: Correr, comer, postear

¡Ay! Está visto que no soy capaz de hacer un post al día durante una semana seguida, pero ayer tuve carrera nocturna y cuando terminé de ducharme/cenar/sentarme se habían hecho casi las dos de la madrugada y no tenía yo el cuerpo escribano. No pasa nada, las rachas se rompen, pero no se paran.

Al menos lo he intentado

El caso es como os comentaba, ayer corrí la 15k nocturna de Valencia. Y se me dió sorprendentemente bien. Exceptuando los primeros dos kilómetros en los que la aglomeración de gente me ralentizó mucho, no subí de los 6:00/km en ningún momento y de hecho los últimos tres los hice por debajo de 5:40, entrando en meta a 5:18. Tiempos modestos que para mí son todo un logro. Quería bajar de 1:30:00, pero por culpa de esos primeros 2km, me pasé 51 segundos, damn it!

Ahora sí, se ha acabado mi temporada de correr hasta que vuelvan temperaturas más frescas. Creo que alguna carrera del circuito de la diputación tengo pendiente, pero nada que suponga un gran reto, vamos.

Por otra parte, ayer hice el pan que os comentaba aquí y esta mañana, ya que lo tenía, he decidido hacer unos huevos Benedict para poder mojar en algo. Que habrá quien diga que eso de desayunar/brunchear huevos Benedict es una hipsterada considerable. Pero yo digo que si ser un hipster es desayunar así, ¡vivan los hombres con barba y tatuajes!

Huevos Benedict

Relativo a esto. ¿Qué piensas de que incluya por aquí alguna receta de cocina? Desde que me hice vegetariana estoy cocinando más que nunca y aunque las recetas sanas las voy a ir poniendo en Urban Snails, a veces me gusta gotxear a base de bien, podría ponerlas por aquí si alguien se muestra interesado.

#30díasdeblogging Día 12: Cosas que hacer y que no hacer a partir de los 30

El año pasado, con 31 años, me tení el pelo de azul.

Pelo Azul

Cuando te tiñes el pelo del algún color raro, es difícil pasar inadvertido. Recibes muchísimos comentarios al respecto, tanto de conocidos como de gente por la calle o en cualquier sitio. Generalmente se podían englobar en dos categorías:

  1. ¿Porqué te has teñido el pelo de azul?
  2. Que envidia. A mi me gustaría hacer algo así, pero no me atrevo.

Más o menos lo mismo ha pasado cada vez me he cortado el pelo o he modificado de algún modo mi apariencia. Siempre está la persona que te dice «¡Que valiente! Yo quiero, pero no me atrevo«.

¿Y porqué me lo hice yo? Pues mira, porque pensé que sería bastante absurdo estar en mi lecho de muerte y lamentar no haberme teñido el pelo de azul si me apetecía probar, sólo por no atreverme. Porque se supone que a partir de cierta edad, hacer ciertas cosas es raro, o infantil o de mal gusto. Y entonces ves posts como este, o este, y te hierve la sangre.

Cosas que no debes hacer a partir de los 30

Leer listas de cosas que no deberías hacer y mucho menos hacerles caso.

Cosas que sí hacer a partir de los 30

Tienes 30 años (o los que sean), sé una buena persona y a partir de ahí haz lo que te de la gana.

Ponte un pijama de Hello Kitty, una camiseta de Pantera o traje con corbata. Haz cupcakes, monta un grupo o escribe un libro. Mientras no le hagas daño a nadie, si alguien tiene un problema con lo que hagas, ese es, efectivamente, su problema.

No tienes que darle explicaciones a nadie.